26 oct 2012

''Para callarme empieza por besarme.''

No sé que escribir, sinceramente, pero tengo unas ganas de enormes de escribir alguna entrada buena en el blog.
Tampoco sé qué canción escuchar, noto que ninguna describe lo que siento, y realmente, eso es muy raro.
No necesito una entrada que exprese todo lo que pienso, siento o quiero. Tampoco necesito mandar mil tweets para que ese chico capte mis indirectas. Porque si quiero algo, tengo que decirlo. ¿A caso de pequeña cuando quería un juguete o unos cromos los conseguía por arte de magia? Pues no. Le decía a mi madre que los quería, la insistía, y tras un tiempo, los conseguía. Pues coño, es lo mismo. Si quieres algo o a alguien, díselo, insiste, lucha por ello. Pero tampoco os paséis, porque si una persona no valora todo lo que haces por ella, significa que no merece la pena. 
No merece la pena luchar por chicos que sólo buscan rollos, cuando tú buscas algo serio. Tampoco merece la pena enamorarse de palabras y no de hechos. Ni del físico sin fijarse en el interior. ¿Y los que sólo buscan sexo? Esos dan pena. Solo una puta querría a uno de esos. Lo mismo pasa con las falsas, la verdad. Luchas por ellas, las ayudas, se hacen pasar por amigas hasta que llega un día que dejas de existir, te critican, y quieras o no, sufres. ¿Ilusiones? ¿Para qué? ¿Para que llegue un gilipollas y te las rompa? No, chicas, no. La vida está hecha para disfrutarla, aunque no venga con instrucciones. No merece la pena rayarse, no somos discos, somos personas, con una cosa llamada corazón y otra llamada sentimientos. Los que lo tienen ''todo'' un día se quedarán sin nada. Los que no necesitan tener ese ''todo'' para ser feliz, serán más felices que muchos de nosotros,y eso es verdad. Por ejemplo, los niños con cáncer. Una puta enfermedad les jode la vida, y ni si quiera pueden comenzar a disfrutarla. No pueden salir del puto hospital a jugar al fútbol, o ha gastarse un montón de dinero en cromos que luego no sirven para nada, o oler ese olor a cosas nuevas cuando empiezan las clases. Esos niños, aunque no puedan vivir como se merecen, sonríen, a diario. ¿Y tú? Tú, todo el puto día llorando por un tío que nunca te va ha conseguir hacer feliz como te mereces. Realmente, no lo entiendo.
A lo mejor,esta entrada no es la que quería escribir,quería algo más personal,la verdad. Pero aquí la dejo. BESOS.

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